1 de abril de 2013

Running: Correr es vivir.


No existe otra forma mejor que despertarse por las mañanas habiendo recargado las pilas del optimismo, para afrontar con ilusión un nuevo día. Por desgracia, en la actualidad, muchas personas viven con preocupaciones que no  les permiten disfrutar la vida como quisieran. Una buena forma de afrontar la vida es considerarla como si de una carrera se tratará....
Un día, casi por accidente, acompañé a alguien que quería correr. No sé porque lo hice, nunca me gusto correr y nunca consideré que tuviera ni la más mínima capacidad de correr más de 2 kilómetros. Y ese día lo confirmé. Corrí poco más de un kilómetro y morí. Algo raro sucedió en mi interior, lejos de terminar de convencerme que correr era un deporte para sumar a mi lista de incapacidades se me ocurrió, seguir intentándolo cada semana, tratando cada vez de correr algún metro más. Después de dos intentos ya corría sin fatiga más de (1.500 m) y semana tras semana fui agregando vueltas hasta sumar 4 kilómetros, lo cúal sucedió en 1 mes, progresaba a un ritmo abrumador. Paralelamente descubrí que era una muy buena opción ya que podía practicarlo en cualquier momento y lugar ya que no dependes del horario de ninguna clase de gimnasio especifica además de que es gratis. A partir de ese momento el running se va metiendo en tu vida y va reemplazando otras actividades menos saludables, cada minuto tienes la necesidad de ir sumando kilómetros.
Los primeros días de marcha requieren voluntad y hay que soportar fatigas, pero de ningún modo debe ser un castigo. Existe un método muy simple que permite hacerte una idea aproximada de tu nivel de aptitud física, tanto al principio de la carrera como a lo largo del mismo. Simplemente, hay que escuchar al cuerpo. Lo ideal es empezar con una caminata, de ser posible a paso ligero y ver que se siente. Recuerda que estas delgado o delgada no significa en absoluto estar en forma ni tener una buena capacidad física, cardiovascular y pulmonar.
¿La respiración resulta pesada tras recorrer dos manzanas a paso ligero? ¿Sientes que puedes seguir durante algunos kilómetros? ¿Perdiste el aliento con solo trotar algunos metros? El cuerpo reacciona automáticamente al cansancio y no pierde el tiempo a la hora de hacernos saber como se siente. Hay que prestar atención. No intentes trabajar más de lo que puedes hasta haber adquirido cierta resistencia. Poseer un cuerpo resistente requiere tiempo y la práctica rigurosa de ejercicio. Un cuerpo desacostumbrado al ejercicio necesita de un período de acondicionamiento antes de poder entrenarse. La mayoría de programas aeróbicos, en este caso concreto la carrera, se inician con ejercicios de preacondicionamiento. Uno de los mejores es simplemente caminar.
Al fin y al cabo no tienes que hacer otra cosa que andar. Así que, ¡adelante! Sal a andar 10 o 15 minutos y conviertelo en un hábito diario. Trata de imprimir a tus piernas un ritmo vigoroso. Es seguro, que tras la adquisición de hábitos de este tipo, no pasará mucho tiempo antes de que empieces a sentir la imperiosa necesidad de correr. Cuando se esta metido de lleno en la práctica de la carrera, se debe tener en cuenta que no se trata de llegar el primero en una competición, sino de adquirir resistencia, y perseverar la calma, son las palabras claves de esta actividad.
Si eres mujer, debes saber que tu capacidad pulmonar y cardíaca es menor que la de un hombre y por consiguiente es mejor que no empieces a correr o trotar con un hombre para lograr el mismo nivel de aptitud física, es mejor empezar sola e ir adquiriendo tu propio ritmo, es algo a tener en cuenta. Pero por otro lado a igual nivel de entrenamiento, una mujer alcanza con mayor rapidez su objetivo que el hombre. Si un hombre y una mujer, por ejemplo, empiezan a correr juntos, él puede sentirse a sus anchas dentro del nivel de acondicionamiento cardíaco que se ha fijado como meta, mientras que ella puede estar sobrepasando el límite recomendable. De todas formas, cualquier mujer que se haya mantenido apartada del ejercicio físico debe evitar excesos para no rebasar sus posibilidades. Correr en compañía puede ayudarte a vencer la inercia que experimentarás al principio, pero debe ser con la compañía necesaria. Es difícil crear un nuevo hábito, de igual modo que lo es, romper un hábito viejo.
Ánimo y pon tu modo running….correr es vivir.
Love running.

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