25 de septiembre de 2013

¿Qué sabes del alcohol ?

Las bebidas alcohólicas son una fuente de calorías vacías, seguro que esto os suena, ¿ verdad? pero ¿sabeís que significa?, esto quiere decir que carecen de micronutrientes, es decir, vitaminas y minerales, que sean beneficiosos para el organismo. Pero no es así exactamente, el alcohol es una toxina, y el cuerpo reacciona al alcohol como un veneno, para metabolizarlo el cuerpo humano necesita catalogarlo de alguna manera por lo que, se sabe que el alcohol posee calorias, es por eso por lo que el cuerpo humano lo cataloga para su metabolización como un macronutriente “en teoria”, como los carbohidratos o las grasas, sin embargo, el alcohol no puede ser utilizado por el cuerpo como una fuente de energía, al menos de una forma optima.
En cuanto a su valor nutritivo, un gramo de alcohol aporta al organismo 7,1 calorías, más que un gramo de azúcar (4 calorías).

Al beber etanol o alcohol, tu cuerpo lo convierte en acetato en el hígado. El acetato es una toxina y tu cuerpo intenta eliminarla lo más rápido posible. Al hacer esto tu cuerpo utiliza calorías, es por ello que el alcohol acelera tu metabolismo. Sin embargo otro efecto del consumo de alcohol es evitar que tu cuerpo utilice la grasa acumulada como fuente de energía. Así que el alcohol no te hace engordar. Pero si evita que adelgaces, si evita la eliminación de grasas.

Una forma abusiva y regular de ingerir alcohol, esta claramente relacionada con el desarrollo de, obesidad, hipertensión arterial, hipertrigliceridemia, enfermedades hepáticas, pancreatitis, gastritis, cáncer de estómago y de esófago y ojo¡ estos efectos son aún mayores en las mujeres, ya que metabolizan más rápido el alcohol, con lo que el daño afecta de manera más rápida a sus órganos vitales.
Resumen de consecuencias negativas:
 El alcohol aporta 7 calorías por gramo y no tiene ningún aporte nutricional, por ello está contraindicado en cualquier dieta para bajar de peso, por su gran aporte calórico.
 Favorece la mala absorción de los nutrientes.
 Produce alteraciones en la musculatura y contribuye a las continuas rupturas fibrilares.
 Favorece los problemas cardíacos. Aumenta la frecuencia de las pulsaciones, el ritmo cardíaco y la presión arterial.
 En exceso a la larga puede ser causante de depresión, producir un deterioro generalizado, y provocar cirrosis e incluso la muerte.

Consecuencias del alcohol en las personas diabéticas:

Como ya he indicado al principio una persona sin ningún tipo de enfermedad metaboliza unos 7g de alcohol a la hora. Si se supera esta ingesta, el exceso de alcohol pasa a la sangre. Cuando entra en la sangre, se convierte en un tóxico que el hígado intenta eliminar, de tal forma que mientras metaboliza al alcohol, deja de metabolizar la glucosa, pudiendo desencadenar en la persona diabética un ataque de hipoglucemia, de todos modos si eres diabético y sueles tomar alcohol aunque sea de vez en cuando una buena recomendación es tomar mucha agua, después de su ingesta y algún alimento que contenga hidratos de carbono y por supuesto jamas jamas bebas alcohol cuando tu dosis de insulina este en el pico más alto de su acción.


Beneficios de algunas bebidas:

Cuando se mezclan bebidas carbonatadas o zumos con bebidas alcohólicas se duplica el aporte de calorías. A diferencia de la bebidas destiladas, que además de ser tóxicas para la salud, el vino, la cerveza y la sidra son las bebidas alcohólicas con menor graduación de alcohol, y que incluso tomadas con moderación son beneficiosas para la salud.


Vino. Siempre que no sobrepases las dosis adecuadas (uno o dos vasos al día, lo que el organismo puede metabolizar sin esfuerzo), el vino se convierte en un efectivo vasodilatador, además de contener sustancias antioxidantes de la uva que previene enfermedades como la arterioesclerosis.

Cerveza. Beneficiosa para el sistema cardiovascular, es diurética y aporta ácido fólico.

Sidra. Contiene todos los principios activos, minerales y vitaminas de la manzana y es rica en fósforo y potasio.

Recuerda la moderación y el equilibrio siempre es la clave.

11 de septiembre de 2013

¿El pan engorda?




Seguramente cansado y cansada de escuchar esta pregunta… Los investigadores en el campo de la alimentación junto con la obvia posición del gremio de panaderos, niegan rotundamente un posible vinculo entre la ingesta de pan y el exceso de grasa: “un alimento básico para la salud, el pan no contiene apenas grasas y aporta la energía necesaria en nuestra dieta”, afirman sus seguidores.

Desafortunadamente, existen varios factores condicionantes que imposibilitan una respuesta simple que se limite a un simple “si” o “no”. Parte de la explicación resulta obvia: el pan aporta principalmente carbohidratos. Aunque no parece justo culpar a este nutriente de la vigente epidemia de obesidad, sucede que la sociedad actual “del mínimo esfuerzo físico”, limita el gasto energético a unas pocas calorías por lo que todo combustible extra no se desperdicia y acaba por acumularse en forma de depósitos de grasa (no vaya ser que lleguen épocas de hambruna donde sobrevivirían los mas gorditos). El consumo aconsejable de pan es de 250 gramos diarios (una barra de pan completa, son 1000 kcal). Pero bajo¿qué criterio de gasto calórico? Acaso llenáis el deposito del coche cada día pero apenas lo utilizáis, todavía recuerdo el bocadillo de tortilla que mi madre me preparaba cada día para almorzar en el colegio y que haciendo malabares engullía al mismo tiempo que jugaba al fútbol y otros juegos, pero la situación actual es totalmente distinta bollería industrial, móviles y videojuegos!



El segundo argumento complica un poco la resolución del conflicto… El pan se elabora a partir de las semillas de cereales como el trigo, la cebada, o el centeno, que una vez trituradas dan lugar a lo que conocemos como harina. Añade levadura, sal y un chorrito de aceite, y ya tenemos la receta completa. Antiguamente,este alimento se elaboraba moliendo el grano de cereal completo, dando lugar “aproximadamente” a lo que hoy en día conocemos como pan integral. El pan blanco tradicional se obtiene eliminado el germen del grano, así como su recubrimiento fibroso (salvado). Solo nos queda el endospermo; en cierta manera un fiasco nutricional que básicamente aporta energía. El producto final es un alimento de textura más ligera y suave que el original, menos perecedero (se alarga su caducidad) y como la harina es menos pesada y “sube” más, se reduce el coste por volumen (menos harina para un mismo volumen de pan). Ahora entendemos el porqué de esta transición industrial a un pan “falsificado” de mayor rentabilidad y atractivo. El pan original es pesado, de color oscuro, de sabor más áspero, pero con un valor nutritivo muy superior: fibra,vitaminas del grupo B y minerales como el calcio, hierro y selenio.


Volviendo al tema de la gordura, hay que prestar especial atención al prácticamente nulo contenido en fibra del pan derivado de harina procesada. Sin entrar en complicados detalles metabólicos, la fibra regula la rapidez con que los carbohidratos de un alimento se convierten en glucosa y se liberan en el torrente sanguíneo. Poca fibra, se desborda el contenido de glucosa en sangre y esto se traduce en mucha insulina que promueve la acumulación de grasas. Con el tiempo el organismo se vuelve resistente a esta hormona por lo que no es de extrañar que la prevalencia de diabetes haya sido aumentada drásticamente en las últimas décadas de consumo abusivo de azucares procesados.


He aquí una combinación peligrosa: un consumo excesivo de carbohidratos (para el nivel de actividad del individuo sedentario promedio) y además, de mala calidad, muy procesados. Una vez más, ¿el pan engorda? Depende primero de la cantidad que consumas en relación a tu nivel de actividad física y muy importante, que tipo de pan compras, consume pan autentico o pan integral, centeno… si quieres más nutrientes, y una mayor eficacia metabólica, además de beneficios adicionales asociados al consumo de fibra como la mejora del transito intestinal, reducción del riesgo de diabetes, afecciones cardiovascular y algunas formas de cáncer, etc. Y ojo¡ No te dejes engañar por el popular pan pseudointegral que se logra añadiendo salvado o cereales a la harina refinada.