Cuando en la vida diaria no se usan las articulaciones en todo su rango de movimiento, éstas van perdiendo firmeza y estabilidad y los ligamentos que las componen tienden a acortarse llegando con el tiempo a perder gran parte del movimiento natural de la articulación. También se pierde calidad en la lubricación por lo que puede terminar doliendo, haciendo “ruido” o imposibilitando su movimiento. El trabajo diario de estiramientos de todas nuestras articulaciones y músculos impide este proceso de deterioro.
¿Qué es la flexibilidad?
Se podría definir como la capacidad para conseguir colocar nuestro cuerpo en el mayor número de posiciones o posturas posibles, tanto de forma estática como en movimiento. Estas situaciones implican una gran capacidad de movilidad de las diferentes articulaciones y se traduce en una amplia libertad de movimientos corporales, en la que influyen tanto las articulaciones como los propios músculos, ya que la flexibilidad no es una cualidad física independiente, sino la suma de dos cualidades principales.
Movilidad articular: que es la capacidad de movilidad de nuestras articulaciones que posee cada articulación del cuerpo. Los límites de esta movilidad suelen ser las estructuras óseas o cartilaginosas o bien la propia masa corporal.
Elasticidad muscular: es la capacidad que tiene un músculo o grupo muscular para alongarse o dejarse estirar.
La flexibilidad además posee dos componentes elementales:
Plasticidad: Propiedad que poseen algunos componentes de los músculos y articulaciones de tomar formas diversas a las originales por efecto de una fuerza.
Maleabilidad: Propiedad de la piel de ser plegada repetidamente, con facilidad, retomando a su apariencia anterior al volver a la posición original.
La flexibilidad es una capacidad que se va perdiendo desde que nacemos. Las mujeres poseen mayores niveles de flexibilidad debido a que sus articulaciones son más laxas (blandas) y permiten mayor movimiento.
¿Qué tan importante es tener buena flexibilidad?
- Reduce la tensión muscular y relaja el cuerpo.
- Mejora la coordinación de movimientos haciéndolos más libres y fáciles.
- Previene daños o lesiones (desgarros, tirones, contracturas y roturas musculares, así como problemas anticuares, tendintis, etc.
- Mejora y agiliza la circulación sanguínea.
- Nos permite obtener, si se realiza adecuadamente acelerar algunos procesos de recuperación.
- Combate el stress.
Fomenta la autodisciplina y lo hace especialmente en tres niveles o “momentos”:
- “Instantánea”: en el preciso momento de estirar un músculo, manteniendo una posición algo incómoda o ligeramente dolorosa, siendo capaz de relajarse y controlar la respiración.
- "Habitual”: incluyendo con constancia la realización de breves sesiones de flexibilidad integradas dentro de nuestra vida cotidiana.
- “Consecuente”: incluyendo ejercicios de flexibilidad siempre que la
actividad física que estemos realizando así lo recomiende.
- Reduce las posibilidades de sufrir lumbalgias (dolores de espalda en la zona lumbar), gracias al incremento de movilidad del tronco.
- Alivia el dolor muscular. Tanto el producido durante el ejercicio o tras su ejecución, como el dolor muscular (agujetas).
Sistema de entrenamiento
Autoestiramiento (activo y estático)
Debe ser realizado sin llegar a provocar sensación de dolor. Primero realizamos un estiramiento fácil (poco forzado) durante 10-30 segundos en una postura determinada. Poco a poco se va haciendo más cómodo mantener la postura, ya que los receptores musculares se adaptan, además el denominado reflejo de inhibición autogénica relaja el músculo, esto es un órgano tendinoso de Golgi, que esta situado en el tendón muscular, es un órgano receptor que mide la tensión del músculo.
Después avanzamos en la misma postura unos 2 o 3 centímetros más para mantener la nueva posición otros 10- 30 segundos. La respiración debe ser lenta y controlada, debemos mantener relajado al resto del cuerpo. Debemos procurar encarecidamente mantener los músculos que son estirados en cada ejercicio, lo más relajados posible.
Rebotes ( activo y dinámico)
Este tipo de ejercicios activan el reflejo muscular al estiramiento, por lo que no son los más recomendables para desarrollar la flexibilidad, además de presentar ligeros riesgos de lesiones musculares. Solamente son importantes si queremos mejorar y mantener las cualidades del músculo y de los tendones, especialmente a capacidades de fuerza explosiva es decir para entrenamiento de velocidad y potencia, pero no se usarán este tipo de ejercicios para conseguir mantener una buena flexibilidad, que ese es nuestro cometido.
Ejercicios
Los ejercicios de flexibilidad además de utilizarse en las sesiones específicas de entrenamiento de flexibilidad, son muy convenientes en los calentamientos, fases de recuperación activa (entre series por ejemplo), y partes finales de las sesiones (vuelta a la calma). Cuando realizamos trabajo de flexibilidad asociado a sesiones de fuerza, no mejoramos la flexibilidad pero si la eficacia de la fuerza. Además prevenimos la pérdida de flexibilidad que provocaría el trabajo de fuerza (pesas).
Para un deportista que repite una acción miles de veces al día, por ejemplo el hombro de un nadador puede dar dos mil o tres mil brazadas diarias, mas o menos todas dentro de un rango de movimiento. Si este deportista no amplia el rango de movimiento muy por encima del que esta usando durante tres o cuatro horas al día, con el tiempo el máximo rango de movimiento será el que efectúa cuando nada, por lo que ese movimiento al ser o al estar muy cerca del rango máximo costara mas trabajo el realizarlo, ya que los tendones y músculos que componen la articulación estarán trabajando demasiado tiempo cerca del máximo de su estiramiento. Para los deportistas asiduales es muy importante la constancia en sus ejercicios de estiramientos.
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