20 de marzo de 2013

La hormona del apetito: Leptina

LEPTINA LA HORMONA DE NUESTRO APETITO


La mayoría de procesos que ocurren en nuestro cuerpo pueden ser atribuídos a la acción de una hormona y otra. Las hormonas dirigen nuestros procesos corporales, modulan nuestra reacción ante la ingesta de alimentos y guían el metabolismo y nuestro equilibrio. No las controlamos conscientemente pero podemos influenciarlas a través de las cosas que hacemos, el stress que sufrimos, lo que comemos, el ejercicio que hacemos, cuánto tiempo dormimos…y un largo etc. La hormona del hambre (Leptina) fue descubierta por 1994 por Jeffrey M. Friedman en la Universidad Rockefeller a través de un estudio en ratones, se observo por primera vez porque había ratones en su laboratorio, enormemte obesos e insaciables y otros con su estructura normal y niveles normales de apetito.
Hasta donde sabemos, esta hormona es la vigía, la que controla el metabolismo de la grasa, monitorizando cuánta energía entra en un organismo. Examina y mantiene el balance energético en el cuerpo y regula el hambre y la saciedad de 3 formas:
1. Contrarrestando los efectos del neuropéptido, es un estimulante de la alimentación que secreta el hipotálamo y algunas células intestinales.
2. Contrarrestando los efectos de la anandamida, otro estimulante del apetito.
3. Promoviendo la producción de a-MSH (alfa melanocito estimulante), relacionado con la reacción de supresión del apetito. Esto nos suena un poco a chino asi que vamos a explicarlo: La leptina es segregada por las células del tejido adiposo y detectada por receptores en el hipotálamo. Si no hay leptina, la alimentación es incontrolada e incansable. En personas saludables, si hay leptina y los receptores son sensibles a la misma, se inhibe la alimentación. Más grasa corporal significa que hay menor necesidad de alimentos, por lo que se segrega leptina para inhibir la alimentación y la acumulación de exceso de tejido adiposo.


Cuando el nivel de grasa almacenada es el adecuado los adipocitos, producen una sustancia llamada leptina que pasa al hipotalamo, al centro de la saciedad, a través de la sangre.

Las personas con sobrepeso normalmente tienen mayores niveles de leptina, mientras que los delgados tienen menos. La leptina también responde al balance energético a corto plazo. Un déficit calórico severo puede resultar en secreción reducida de leptina, la respuesta natural del cuerpo para que comas cuando necesita energía.  Comer mucho sube la leptina, reduciendo el hambre.
Dicho de forma simple: en el largo plazo, la leptina da la señal de que el cuerpo tiene buenos niveles de tejido adiposo (energía); en el corto plazo, la leptina señala que el cuerpo ha comido suficiente. Ambos dan como resultado una reducción del apetito.
¿Entonces porqué hay tanta gente con sobrepeso e insaciable?
¿Por qué la gente con sobrepeso no responde a toda la leptina que tienen circulante y reducen su ingesta de alimentos? si se están sobrealimentando, ¿por qué el subidón de leptina a corto plazo no les hace efecto? No deberían tener hambre, pero la tienen. Hay algo que falla, algún error en la cadena de la leptina.
Aunque la leptina es una señal que reduce el apetito, en general la gente obesa tiene una concentración inusualmente alta de leptina circulante; estas personas son resistentes a la leptina, de modo similar a la resistencia de los diabéticos a la insulina.
Algo está causando que los receptores de leptina del hipotálamo pierdan sensibilidad, o algo está haciendo que la leptina no llegue a estos receptores. De alguna forma, esta hormona no está funcionando como debería. La pregunta es por qué pasa esto, si miras a los animales puedes ver que a ellos parece funcionarles muy bien. Comen diferentes cantidades de comida, algunas veces hartándose y otras veces ayunando, pero nunca "contando calorías". Aún así son capaces de mantener una perfecta masa corporal, no existen los animales salvajes obesos, ¿verdad? los animales no acumulan demasiado tejido graso, a no ser que les venga bien en su entorno (focas, leones marinos…) ¿Cómo lo hacen?
Todo apunta a que la leptina, la resistencia y la sensibilidad a la misma son dependientes del entorno dietético que se le proporciona. Mientras no se alejen demasiado de sus dietas normales evolutivamente hablando, los animales salvajes no tienen metabolismos dañados, y la reacción de la leptina se conserva.
La mayoría de humanos habiéndonos desviado de nuestras dietas evolutivas, hemos dañado metabólicamente, las vías de la leptina corrompiendolas o dañandolas.
Muchos de los conocimientos sobre la leptina que he estado revisando y estudiando vienen de un estudio muy curioso de dos tipos de ratones de laboratorio: los ob/ob, que no tienen los genes responsables de la producción de leptina; y los db/db, que no tienen receptores de leptina. Los primeros responden a la leptina pero no la producen, mientras que los db/db producen leptina pero no responden a la misma.
Un ratón ob/ob sufre de apetito incontrolado. Está siempre hambriento y es masivamente obeso, porque la hormona que señala la saciedad (leptina) no está siendo producida. Cuando a un ratón ob/ob le inyectas leptina, pierde peso y sus marcadores de salud se normalizan. Su apetito tiene una trayectoria normal y el balance de energía se restablece.
En cambio, cuando inyectas a un ratón db/db obeso con leptina, no mejora. Ya tiene altos niveles de leptina, ya que sus reservas de grasa la están produciendo, pero no hay receptores que la acepten. Estos últimos eran resistentes a la leptina, tenían los receptores de leptina atrofiados, y añadir esta hormona de forma exógena no tenía ningún efecto. Si acaso se complicaba aun más el problema, ya que la exposición crónica a la leptina puede insensibilizar todavía más los receptores. Así que no es simplemente administrar esta hormona a los obesos, como estaréis alguno pensando como clave para acabar con la obesidad.
 
La leptina no solo regula el peso corporal y la ingesta de alimentos. También es importante para la fertilidad, libido e inmunidad. Es una especie de medidor de energía. Si no hay suficiente energía en el cuerpo, este  tan sabio....desprecia las funciones "extra "que requieren energía: reproducción, deseo sexual, inmunidad. Mientras que la presencia de esta hormona indica que hay energía suficiente, que se puede gastar en otras funciones corporales y procesos fisiológicos. Esto explica por qué las mujeres pierden su ciclo menstrual cuando alcanzan niveles muy bajos de grasa corporal.
Sabiendo la importancia de esta hormona reguladora de energía y de otros procesos tan importantes y a que a la vez nos regula nuetro apetito, ¿Qué hacemos para mantener unos adecuados niveles, sin hacernos inmunes a sus efectos?
  1. Reduce tu consumo de azúcar, especialmente fructosa, el azúcar de la fruta.
  2. Vigila la ingesta de Lectinas, presentes en algunos granos. (Pronto escribiré sobre las Lectinas.)
  3. Dormir lo suficiente y descansar.
Bon appétit.

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